24 de octubre de 2025
SANRAVAL · Valparaíso. Entre el aroma a café tostado y vitrinas llenas de historia, la Ruta Gastronómica Patrimonial – Especial Cafeterías se consolida como una de las iniciativas más singulares de la Región de Valparaíso. Promovida por la Corporación Regional de Turismo junto al Gobierno Regional, la propuesta busca visibilizar emprendimientos locales que rescatan la memoria, el oficio y los sabores del territorio, articulando gastronomía, turismo y cultura bajo un enfoque sostenible.
Sabores que cuentan historias
La iniciativa invita a recorrer cafeterías emblemáticas del litoral interior y del Gran Valparaíso, combinando patrimonio arquitectónico, productos locales y experiencias gastronómicas con sentido de pertenencia. Cada local seleccionado fue evaluado por su aporte cultural, identidad territorial y compromiso con prácticas responsables. El resultado: un mapa de cafés con alma, donde la historia y la innovación se sirven en la misma mesa.
Café Zorzal, en el corazón de Quillota, mantiene viva la tradición familiar del tostado artesanal. Su carta incluye panes integrales hechos en casa, repostería con harina de trigo local y preparaciones veganas con productos del valle. “Queremos que la gente vuelva a mirar al campo como fuente de identidad y sabor”, explica su fundadora, Ana Riquelme.
Café Miranda, con sedes en Quilpué y Villa Alemana, se ha transformado en un espacio cultural donde convergen arte, diseño y café de origen. Su mobiliario restaurado y su alianza con productores de cacao y miel del valle interior refuerzan la conexión entre campo y ciudad.
Por su parte, el Café Dominga, frente a la plaza de Quillota, se ha hecho célebre por su “pie de palta” y su café en barquillo, una preparación que rescata una antigua costumbre familiar. En sus muros, fotografías antiguas de la comuna se mezclan con obras de artistas locales, convirtiendo el espacio en una galería viva.
Un pasaporte gastronómico con identidad regional
La primera fase de la Ruta distribuyó más de 2.000 pasaportes turísticos, una herramienta simbólica que invita a los visitantes a registrar cada experiencia con sellos en los locales adheridos. Quienes completen el recorrido podrán acceder a beneficios, degustaciones y descuentos especiales. Más allá de la promoción turística, el programa apunta a fortalecer las cadenas de valor locales, conectando a productores agrícolas, cafeterías y artesanos del litoral interior.
La segunda etapa —en ejecución durante 2026— incluirá cafeterías con sello sustentable, certificadas por su gestión de residuos, uso de energías limpias o integración de productos de comercio justo. Además, se está desarrollando una plataforma digital de la Ruta con georreferenciación, contenido audiovisual y fichas de cada establecimiento, permitiendo que turistas nacionales e internacionales planifiquen su itinerario directamente desde sus dispositivos.
Gastronomía como motor de desarrollo local
La gastronomía patrimonial se ha consolidado en Valparaíso como una estrategia de revitalización económica y cultural. Según datos del programa regional de turismo, el sector gastronómico aporta más del 12 % del empleo en la región y concentra una de las mayores tasas de emprendimiento femenino. En este contexto, la Ruta funciona como un ecosistema de innovación territorial, donde el valor agregado no está solo en el plato, sino en la experiencia completa: historia, producto y comunidad.
“Nuestro desafío es que cada café y cada receta se conviertan en embajadores de la región”, señaló Rodrigo Mundaca, gobernador de Valparaíso. “Queremos que el turismo no solo visite, sino que también reconozca y valore la cultura productiva que hay detrás de cada taza”.
Visión SANRAVAL
Desde la perspectiva de SANRAVAL, la Ruta Gastronómica Patrimonial refleja la evolución de un territorio que entiende el desarrollo como una experiencia integrada: turismo de cercanía, identidad productiva y sostenibilidad ambiental. Valparaíso, con su red de ciudades interiores —Quillota, La Cruz, Casablanca y San Antonio—, forma parte de un corredor cultural y económico que conecta la costa con el valle y proyecta oportunidades para el Chile Central.
El rescate de la gastronomía local no solo dinamiza economías rurales y urbanas, sino que también fortalece la cohesión territorial, al vincular a productores, emprendedores y consumidores en una cadena de valor compartida. Es, en definitiva, un modelo de desarrollo circular que armoniza cultura, turismo y sustentabilidad.
Valparaíso, al apostar por su sabor más auténtico, demuestra que el patrimonio no solo se conserva: también se degusta.
Redacción SANRAVAL · Fotografía: Archivo Gastronómico Regional