5 megaproyectos que redefinen el eje Santiago–Rancagua–Valparaíso

5 megaproyectos que redefinen el eje Santiago–Rancagua–Valparaíso

Redacción SANRAVAL · 27 de octubre de 2025

27 de octubre de 2025

SANRAVAL · Chile Central. El Chile central vive una reconfiguración silenciosa pero profunda. En el eje que une Santiago, Rancagua y Valparaíso, distintos proyectos estratégicos avanzan de forma simultánea, trazando la base de una futura metrópoli tripolar interconectada. Más que grandes obras, se trata de un cambio de escala territorial: una nueva manera de entender la movilidad, la logística y el desarrollo urbano del país.

1) Red ferroviaria y trenes de cercanía

La modernización del sistema ferroviario nacional es el eje estructurante de este proceso. El Tren Santiago–Rancagua ya consolidó una operación diaria con miles de pasajeros, mientras que los proyectos Santiago–Melipilla y Tren Valparaíso–Santiago —en fase de estudio de factibilidad— apuntan a reducir los tiempos de viaje y a densificar la conexión entre los valles del Maipo y del Aconcagua. A ellos se suma el tren rápido proyectado a 200 km/h que conectará Rancagua con Valparaíso a través de la Región Metropolitana, integrando pasajeros, carga y turismo en un solo sistema.

Esta red ferroviaria permitirá, en el mediano plazo, un movimiento interregional fluido: trabajadores que viven en Rancagua podrán acceder a empleos en Santiago en menos de una hora; estudiantes del Gran Valparaíso podrán llegar a universidades del interior sin depender del automóvil. La movilidad sustentable pasa así de ser una aspiración a una política concreta.

2) Corredor Bioceánico Central

El Corredor Bioceánico Central es una obra clave de integración internacional. Conecta el puerto de Valparaíso con Mendoza y el litoral atlántico argentino mediante un eje logístico de alta capacidad. El trazado contempla túneles de baja altura en la cordillera, sistemas inteligentes de gestión de carga y plataformas intermodales que reducirán los tiempos de tránsito de mercancías en hasta un 40 %. Con ello, Chile se posiciona como punto de enlace del comercio Asia–Pacífico con el Cono Sur.

Este corredor, junto con el tren de carga hacia el norte y las autopistas urbanas interregionales, consolidará una red productiva continua en el centro del país, reforzando el rol exportador de Valparaíso y potenciando polos industriales en San Bernardo, Paine y Rancagua.

3) Puerto de Gran Escala (PGE) – San Antonio

El Puerto de Gran Escala (PGE) en San Antonio redefine el sistema portuario chileno. Su construcción, actualmente en etapa de ingeniería básica, permitirá duplicar la capacidad de transferencia de carga del país con infraestructura de aguas profundas y muelles automatizados. Con una inversión estimada de US$3.500 millones, el PGE será un nodo estratégico de conexión marítima y terrestre, articulado con el corredor ferroviario y la red logística de Santiago.

La obra incluye un frente de atraque de dos kilómetros, patios de almacenamiento y sistemas de control ambiental para mitigar el impacto en la bahía. Se espera que entre en operación parcial hacia 2030, generando más de 6.000 empleos directos e indirectos durante su fase de construcción.

4) Centralidades educativas y de innovación

La consolidación de nuevas centralidades universitarias y tecnológicas es otro pilar de la integración regional. La Universidad de O’Higgins, en Rancagua, se ha convertido en un polo de conocimiento que complementa a las instituciones metropolitanas, atrayendo talento e inversión a la zona sur del eje. En paralelo, el Parque Científico Tecnológico de la Quinta Región —en construcción en Limache— busca articular a universidades, startups y empresas del litoral interior, generando un corredor de innovación entre Rancagua, Santiago y Valparaíso.

La estrategia territorial SANRAVAL apunta a un modelo donde la educación, la ciencia y la producción convivan en un mismo ecosistema, reduciendo la dependencia de la capital y diversificando la matriz económica del Chile Central.

5) Planificación y sostenibilidad

El desafío transversal es la planificación coordinada del crecimiento. Los megaproyectos deben integrarse con planes de vivienda, espacios públicos y transporte público eléctrico. Los gobiernos regionales de Valparaíso, Metropolitana y O’Higgins ya han iniciado mesas conjuntas para abordar la planificación climática interregional, que considera corredores verdes, humedales protegidos y normas comunes de mitigación ambiental.

En paralelo, la expansión del transporte eléctrico —como los nuevos buses de Rancagua y la extensión del Metro a Quilicura y Maipú— avanza hacia un sistema regional de bajas emisiones. Este conjunto de obras e inversiones, distribuidas entre 2025 y 2035, proyecta un Chile Central con menor huella de carbono y mayor conectividad social.

Visión SANRAVAL

Desde la mirada de SANRAVAL, los megaproyectos no deben entenderse como infraestructuras aisladas, sino como piezas de una transformación territorial integrada. Cada tren, corredor o puerto no solo acerca ciudades: acorta brechas y abre oportunidades. La macrozona tripolar —con Santiago como capital administrativa, Valparaíso como puerto global y Rancagua como nodo productivo— emerge como un sistema urbano complementario y sostenible.

El desafío ahora es traducir esta red en calidad de vida: menos horas de traslado, más espacios verdes, más empleo calificado y más cohesión territorial. La metrópoli del Chile Central ya no es un mapa futuro: es una construcción que está en marcha.

Redacción SANRAVAL · Fuentes: PUC Planeo · La Segunda · Barómetro de Ciudades · Archivo SANRAVAL

Explora el eje SANRAVAL por comuna: